Sabemos que cuando llega un gato a casa comienzan a surgir muchas dudas o nos preguntamos si estamos haciendo lo correcto, la intención es informar a todas las personas que como tú están interesados en el cuidado y bienestar de esos seres mágicos llamados gatos. Recuerda siempre preguntar a tu veterinario, sin excepción él o ella es la persona indicada para orientarte sobre los productos, material y frecuencia con que lo debes hacer, ya que cada gato se encuentra en condiciones diferentes.
Nuestra entrada es escrita, sólo de acuerdo al conocimiento que hemos adquirido a través de nuestras experiencias.
¿Los gatos se bañan?, ¿cómo debo hacerlo?
A pesar de que los gatos poseen una buena higiene personal con sus acicalamientos diarios, es necesario bañarles periódicamente debido a que las capas internas o profundas del pelo acumulan una buena cantidad de polvo y suciedad. Existe la creencia colectiva de que los gatos odian el agua, sin embargo, es posible darles un buen baño sin morir en el intento. Lo único que necesitas es paciencia y mucho tacto.
El sitio ideal para realizarlo es en una pileta, sobre el lavabo, la bañera o en algún recipiente de acuerdo a su tamaño; es importante contar con algún tapetito que ofrezca a nuestro gato una superficie antiderrapante.
Antes de comenzar, deja correr un poco de agua para que el gato se acostumbre al sonido y permita un manejo más amigable; se recomienda cepillarlo previamente con la finalidad de reducir la cantidad de suciedad y de pelo muerto, especialmente si es de pelo largo.
Primeramente, será necesario preparar todo lo que se empleará para el baño: agua tibia -no más de 30°C-, recipientes de plástico, shampoo para gato y toalla o microfibra absorbente. Durante el baño, se debe evitar que el agua haga contacto con los ojos y las orejas; ello prevendrá el riesgo de aparición de enfermedades relacionadas al exceso de humedad en esas zonas delicadas.
Comenzaremos mojando la parte inferior del cuerpo del gato con la ayuda de un recipiente plástico o de la mano, recuerda hacerlo lentamente avanzando hacia el frente, evitando ruidos fuertes para conseguir aumentar su confianza y hacer más fácil el proceso. Enjabónalo mientras lo acaricias, permite que el shampoo actúe unos minutos sobre su cuerpo y enjuaga con abundante agua eliminando los restos de jabón; no olvides evitar mojar sus ojos y orejas.
Una vez finalizado el baño, sécalo con una toalla de manera suave y amable; trata de retirar toda el agua posible principalmente debajo de las axilas, detrás de las rodillas, en la entrepierna y el cuello. Algunos gatos toleran bastante bien el uso de secadores automáticos, aunque a la mayoría, el ruido suele ponerles inquietos y ansiosos; puedes intentarlo con un secador silencioso encendiéndolo primero y acercándoselo con moderación para poder observar su reacción.
Cuando hayas conseguido secarlo y se encuentre tranquilo, puedes realizar un último cepillado para que el pelo quede uniforme y brillante.
¿Se les cortan las uñas a los gatos?
Teóricamente no debería ser necesario ya que los gatos desgastan y arreglan naturalmente sus garras frontales al trepar árboles, cazar o rascar y arañar superficies fibrosas, esto último con el objetivo de delimitar su espacio, de establecer comunicación con otros gatos y como una forma de ejercitar sus músculos. Sin embargo, las garras de los gatos son retráctiles y están en constante crecimiento; si no se les ofrecen oportunidades para hacer uso de ellas -colocando rascaderos en casa, por poner un ejemplo, crecerán más rápido de lo que puedan gastarse, generando incomodidades para el gato que buscará arañar cualquier superficie con la finalidad de eliminar las capas más largas y externas de sus garras frontales, debido a ello, es recomendable cortarlas periódicamente (1 vez al mes en promedio), con un cortador adecuado.
Es importante mencionar que se debe recortar solamente la punta, evitando la zona de la pulpa rosa ya que es ahí donde se encuentran los vasos sanguíneos y el tejido que da sostén y nutrición a la garra, cortar a nivel de la pulpa ocasionaría sangrado y dolor. Será mucho más sencillo si lo acostumbras desde pequeño.
Aquí te mostramos la manera correcta de cortar.
¿Cómo debo limpiar las orejas de mi gato?
Una buena rutina de limpieza es, sin duda alguna, de las formas más importantes de preservar un óptimo estado de salud en nuestros felinos. Dentro de la rutina de higiene, la limpieza de orejas tiene un papel fundamental ya que éstas pueden ser puerta de entrada de diversos organismos causantes de enfermedades.
Lo primero que debemos recordar es no causar estrés a nuestro gato, una rutina de caricias y juego podría ser suficiente para relajarlo y evitar que relacione el proceso a una mala experiencia. Una vez cómodos y relajados, debemos revisar las orejas del gato en busca de cualquier signo que pudiera revelar enfermedad como secreción abundante o fétida, presencia de parásitos, costras o heridas; la ausencia de estos signos y un color rosa pálido en la piel del conducto auditivo son indicativos de un buen estado de salud.
La parte externa y peluda de la oreja deberá limpiarse con el mismo shampoo con el que bañamos a nuestro gato utilizando una toalla humedecida; el exceso de detergente deberá retirarse por completo con otra toalla. Para la limpieza del interior, debemos ser sumamente cuidadosos y emplear una gasa de algodón que enredaremos en el dedo índice para introducirlo suavemente en el conducto desprendiendo la cera y dejando el pabellón limpio.
Existen limpiadores óticos especiales para gatos, que facilitan la tarea de disolver la cera; sin embargo, no se requieren para una rutina habitual. La limpieza de orejas puede realizarse cada dos a tres semanas.
¿Debemos lavar los dientes de los gatos?
La higiene buco-dental también forma parte de la rutina preventiva para la aparición de enfermedades y de pérdida de piezas dentales en los gatos, sin embargo, es a menudo una práctica olvidada.
La acumulación de placa bacteriana o la formación de sarro se encuentra estrechamente relacionada a características individuales donde se incluye la naturaleza de la dieta y los hábitos alimenticios; debido a ello, es difícil establecer la periodicidad del lavado de dientes de nuestro gato, aunque de forma general, podría ser suficiente hacerlo de 2 a 3 veces por semana. Algunas de las patologías cuya aparición puede prevenirse con el cepillado de dientes son la gingivitis, resorción dental o parondontitis.
El cepillado de dientes puede resultar un proceso complicado en aquellos ejemplares adultos que nunca han sido sometidos a este procedimiento, por ello se recomienda acostumbrarlos desde el periodo de socialización, es decir, cuando son cachorros. Una buena manera de inducir a los gatos, ya sean cachorros o adultos, es ofrecerles premios durante el manejo con el objetivo de que asocien el evento a una situación positiva permitiendo un manejo más amigable con nuestra mascota.
Es de vital importancia usar cepillos y pastas de uso veterinario para gatos ya que los cepillos para humanos son grandes, toscos y difíciles de manejar en una cavidad oral tan pequeñas; mientras que las pastas dentales para humano pueden incluso llegar a provocar intoxicaciones. Los cepillos dentales para gatos asemejan a un dedal al que se le incorporan cerdas finas que promueven a su vez, la limpieza de las encías de nuestro minino; de no contar con uno, se puede recurrir a una gasa o hisopo de algodón.
Comenzaremos por ofrecerle a nuestro gato un entorno relajado, evitando ruidos fuertes; podemos envolverle como “tamal” con el objetivo de inmovilizar manos y patas para evitar agresiones, recuerda tratarlo siempre con mucha suavidad. Levanta con el dedo índice su labio superior y comienza a frotar con movimientos descendentes -es decir, de arriba abajo- los dientes de arriba empezando por los incisivos (frontales) y avanzando hacia atrás hasta llegar a los molares. El procedimiento se repite para los dientes inferiores, con la diferencia de que el movimiento deberá ser ascendente -de abajo hacia arriba-. La cara interior de los dientes ofrecerá mayor trabajo, aunque el procedimiento será el mismo: movimientos descendentes para dientes superiores y ascendente para inferiores.
Existen otros métodos de procurar la higiene dental de los gatos entre las que se encuentran: juguetes dentales que promueven la eliminación de placa bacteriana, enjuague bucal que se coloca en el agua -no todos los gatos lo aceptan-, pasta dental en spray cuya aplicación tiende a ser difícil por la forma de aplicación y la profilaxis dental que realiza el médico veterinario bajo protocolo anestésico.
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